Una indefinición indefinida

Jugamos a videojuegos, nos divertimos solos o con amigos, disfrutamos de historias dentro de los mundos a los que nos metemos en este hobbie, pero cuando toca hablar de él nos volvemos locos. Decimos que ha de ser de tal o cual manera un videojuego: que si cinemáticas si, que si cinemáticas no, que si dura mucho, que si dura poco con 8 horas, que si dlc sí que si dlc no, que si los juegos clásicos son juegos y de ahora no y viceversa… un continuo cambio de pareceres en el que solo un estudio de mercado puede valorar nuestros gustos personales en el que quizás un psicólogo pueda decirnos qué juegos nos gustarán y cuales no solo con escuchar nuestras experiencias de que es un videojuego y que no y con todo esto llegaríamos a decir el “PARA MI” es un videojuego, un “PARA MI” tiene que tener tal o cual medida para ser un videojuego

Ese “PARA MI” es una opinión personal entre millones que define un gusto muy particular, pero sin poder llegar a la clave exacta de que es un videojuego (ok por definición un videojuego es un juego electrónico en el que una o más personas interactúan, por medio de un control, con un dispositivo dotado de imágenes de vídeo). Este dispositivo electrónico, conocido genéricamente como plataforma, puede ser un ordenador, un arcade, una consola o un dispositivo portátil (un teléfono movil por ejemplo). Hasta aquí todos de acuerdo.

Pero a partir de aquí todo se vuelve confuso. Discutimos el cómo hacer o como ha de ser un videojuego, como ha de ser el lenguaje del videojuego. Y en eso estamos muy inmaduros. Aún tocarán muchísimos años de estudios. Recordad que esto empezó con la aparición de la primera máquina recreativa a monedas en 1971. La industria del videojuego ha pasado en unas pocas décadas de ser una mera curiosidad

tecnológica a convertirse en una de las mayores industrias por volumen de facturación. Se estima éste en 81.500 millones de dólares en 2014 a nivel mundial, llegando a duplicar el de la industria del cine en el mismo año. Todo esto es muy reciente, hace escasos 20 años esto del videojuego lo experimentábamos no mucha gente, siendo infinitamente mayoría de hombres., Hoy por ejemplo una encuesta online realizada por la ISFE entre europeos con edades comprendidas entre 16 y 64 años reveló que el 48% de ellos juega a videojuegos, ya sea de manera habitual (1 o más veces por semana, 25%) u ocasional (23%). En España dicho porcentaje se situaría en el 40%, y en EEUU (según la ESA) en el 59%. Por edades, el 51% de los videojugadores europeos son menores de 35 años y el 49% mayores, situándose la edad promedio en 34 años (el estudio realizado en EEUU la sitúa en 31 años). Por sexos, el 55% son hombres, el 45% mujeres.

Y todo esto sigue en aumento. Cada joven, cada adulto, cada padre que entre en una tienda a comprar un videojuego, cada persona que entre en una tienda online y haga su compra, cada una de esas personas es la que de verdad le dice a la industria qué es lo que se quiere. Presentarán propuestas nuevas, otras conservadoras, podrán presentar juegos en capítulos, juegos llenos de dlcs, juegos con muchas cinemáticas, juegos solo en formato digital, nos presentarán nuevas maneras de jugar, nos llevarán a la realidad virtual, etc. Todo esto quizás nos choque a los jugadores que llevemos más tiempo en esto pero no a los jóvenes o a nuestros hijos cuando crezcan o a nuestros nietos que se reirán cuando le digamos lo que para nosotros era un videojuego…

Y solo las personas que pasan por una tienda a pagar la compran del producto, los que se pasan por una store digital a comprar son los que marcan lo que será el videojuego en el futuro. Podremos evolucionar con él o dejarlo de lado, podemos seguir jugando o si ya no nos gusta lo que nos dan buscar otros hobbies. Da igual que sea grandes presupuestos que juegos o periféricos de bajo coste, el futuro del videojuego depende de lo que el consumidor prefiera…

No existe una duración exacta o mínima en un juego, no existe un manejo o un lenguaje definido, no se sabe si un juego es si está completo o por partes, no se sabe porque todo está en continua evolución…

Cada uno sabemos cómo nos gustaría a modo personal que fuera, pero…