Dishonored, de máscara y sombras.
Plataforma jugada: PS3 -
Juego desarrollado por Arkane Studios y puesto a la venta en 2012, Dishonored es un título en primera persona que nos pone en la piel de Corvo Attano, fiel guardian de la emperatriz de la ciudad de Dunwall -una suerte de londres victoriano, aderezado con abundante tecnología propia del mejor cine steampunk, con la salvaje caza de ballenas como telón de fondo y con una terrible y mortal plaga asolando a sus habitantes- y de la hija de ésta, la pequeña Emily. Unos trágicos sucesos pondrán a Corvo en jaque y con firme sentencia capital.
No le quedará otra a nuestro protagonista que ocultar su rostro bajo el frío metal de una máscara y ejecutar sumaria venganza sobre sus traidores, y es en éste punto donde el juego nos deja a nuestro libre albedrío para afrontar los diferentes objetivos como más nos plazca. Nuestro heroe/villano no solo dispondrá de un buen surtido de armas y artilugios para la aventura que le espera, ya que una oscura inteligencia paranormal que se autodenomina como "El forastero" nos otorgará una serie de habilidades especiales que volveran a nuestro alter ego mortalmente eficaz y ampliarán exponencialmente nuestros recursos y posibilidades.
Dishonored nos deja afrontar cada situación de mil maneras distintas, sobre unos mapeados en semi-mundo abierto trufados de túneles, cornisas, ventanas, pasajes traseros y muchos etc. Cualquier camino que se nos ocurra se abrirá con el uso debido de nuestros poderes especiales. Un ejemplo propio es como me dí de bruces contra una puerta cerrada y cuya abertura solo era posible mediante una llave. Podría haber robado la misma pero decidí usar mis sesos y conseguí allanar la estancia por mi mismo.
Por el lado más narrativo no tendremos cinemáticas. Todo se desarrolla con el motor del juego y en tiempo real, pero con algunos momentos y escenas prefijadas, logrando una mayor cohesión en el total. Y su historia está muy bien llevada, con multitud de pequeños textos que no solo nos meteran más en los turbios acontecimientos, sino que también nos ofreceran toda esa rica mitología que rodea al título. Un "pero" eso sí, y que no es otro que su final. Demasiado frío y escueto, aunque bien resuelto.
Incluso tiene el añadido del ya visto tema del karma, pero llevado un paso más allá. Nuestras acciones tendrán repercusión directa sobre el avance del juego. Pasar a cuchillo a un NPC dará como resultado el crecimiento de las ratas que transmiten la plaga, con lo que cada vez te toparás con más infectados. No solo se trata de estadísticas al final de cada misión, aunque también es de recibo decir que realmente no hay un modo correcto de hacer las cosas y tanto de una manera como de otra, seremos recompensados.
Para terminar diré que Dishonored me ha dado muchísima diversión y ha sido un gran desafío -y hablo en su dificultad media o por defecto-. Siempre calmado, pensando y moviendome como una sombra me he metido de lleno bajo la piel del indomable Corvo, mientras las horas volaban a la velocidad del sonido. Nunca he analizado o puntuado un juego, ni me veo con la suficiente objetividad para hacerlo. Prefiero comunicar como buenamente soy capaz lo que me haya transmitido.
Y es por eso mi nota es: JUEGALO, ¿A QUE ESPERAS?.
