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Condemned: Criminal origins, donde arraigan las pesadillas (Monolith, 2006)


Hace diez años vimos nacer de manos de Monolith un extraño fps, un título oscuro y bizarro como pocos, para Xbox360 y Pc. Fué ver un trailer y quedé obsesionado con aquel juego durante años. Pasado un tiempo tuve la oportunidad de comprar su secuela para Ps3 y quitarme parte de aquella espinita. Y aún así jamàs logré sacarmelo de la cabeza, al punto de adquirir la versión de Steam y posteriormente la de 360, cuando la susodicha consola llegó a mi casa.

Tanto en la primera como en la segunda parte nos enfundamos en la piel del mismo personaje (aunque aquí me voy a centrar solamente en la primera parte 'Condemned: Original crimes'), el inteligente y capaz agente del FBI Ethan Thomas, especialista en asesinos en serie. Justamente el juego comienza cuando llegamos al escenario del último crimen del 'casamentero'. Durante las pesquisas nos vemos emboscados por el sospechoso, somos noqueados y presenciamos como roba nuestro arma y dispara a nuestros compañeros. Aquello tendrá como terrible consecuencia el ser señalado como posible autor del crimen y eso nos forzará a una huida y posterior caza en la que seremos a la vez el gato y el ratón. El intrincado argumento (muy complejo, de hecho) nos llevará de la mano a través de unos escenarios de lo más común, pero que están cubiertos de una pátina terrorífica y enfermiza que capítulo a capítulo se volverá más acusada y desasosegante, mientras nuestro protagonista va perdiendo la cordura y el mundo se oscurece y retuerce, llegando a tal punto que nos sentiremos terriblemente angustiados y tensos. En lo gráfico el juego no ha envejecido bien, sobretodo en lo concerniente a las caras de los personajes y en lo plano de las texturas, aunque en el apartado artístico es un excelente ejemplo de buen hacer, con escenarios amplios, rebuscados y muy bien diseñados. En lo sonoro está a gran nivel, con una banda sonora cumplidora pero con unos efectos sonoros que nos pondrán la piel de gallina.

Finalmente, en lo jugable el juego se nos presenta algo tosco y lento, aunque muy divertido, con unos combates muy directos y que a màs de uno puede recordar a Bioshock (aunque éste es anterior), donde podremos hacer uso de un arma taser con la que aturdir a nuestros enemigos, o de la más que variopinta diversidad de armas blancas y contundentes —desde palos con clavos a puertas de taquilla, pasando por hachas o tuberías— para acabar con ellos. Las armas de fuego también harán acto de presencia pero en muy menor medida y con escasa munición. Ya por último hay que mencionar que el tema vitalidad está sujeta a la vieja escuela, con una barra de vida que solo repondrenos con el uso de botiquines y con una segunda barra de estamina que aparecera cuando corramos.

Quisiera destacar que pese a su envejecimiento y sus defectos, Condemned me ha dado muy buenos momentos y se ha convertido para mí en un juego de referencia dentro del survival-horror, con una ambientación brutal y aterradora que han puesto a prueba en más de una ocasión mi capacidad para seguir jugando y no abandonar. El halo enfermizo y malsano conseguido por Monolith logra evocarnos esa sensación de agobio y tensión continua que puede hacernos soltar el mando y la obligación de enfrentarnos cara a cara con unos enemigos que en algunas ocasiones rozaràn lo paranormal, pero que casi siempre nos mostrarán la parte más marginal y desarraigada de la sociedad, nos dará muchos sustos y sobresaltos. Nota: Atrevete a adentrarte en la locura.


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